En la siguiente entrada vamos a tratar los elementos duros que constituyen la estructura de nuestro cuerpo: los huesos. Con ello, comenzaremos a tratar uno de los sistemas que forman el aparato locomotor junto al sistema muscular.
Los huesos. Tipos y funciones [Anatomía y Fisiología]
Los huesos son elementos duros que forman la estructura del cuerpo. En el hombre encontramos entre 208 y 210. Se distinguen dos tipos de tejido óseo: el hueso cortical (muy compacto y situado en la parte más externa del hueso) y el hueso esponjoso (situado en la parte central, menos compacto, en el cual encontramos trabéculas o zonas más compactas).
La superficie está revestida por una membrana de tejido conectivo compacto provista de vasos y nervios denominada periostio. Los huesos pueden ser de diferentes tipos:
Largos: Existe gran diferencia entre los dos extremos. Las distintas partes que los constituyen son la epífisis (extremos engrosados), diáfisis (porción central más delgada) y metáfisis (zona de transición entre los dos anteriores). Ejemplo, la tibia y el peroné.
Cortos: relativamente pequeños, gruesos y sólidos. Ejemplo, los huesos del carpo y tarso.
Planos: Su longitud y anchura dominan sobre la altura. Ejemplo, huesos de la cabeza.
Irregulares: Por ejemplo, los de la columna vertebral.
Imagen 1. Tipos de huesos. |
Las principales funciones de los huesos son sostener y estructurar el cuerpo, proteger las vísceras en las cavidades que delimitan (cráneo y tórax), hacer posible el mov., realizar una función hematopoyética (formación de elementos de la sangre, la cual se produce en la médula) y almacenar minerales (calcio, fósforo, sodio, magnesio, etc.).
Imagen 2. Esqueleto humano. |
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