La adaptación deportiva como
vimos en la entrada sobre la misma, estaba regulada por tres leyes: la ley del
umbral, el síndrome general de adaptación y la Ley de Supercompensación. En
esta entrada vamos a explicar la primera de ellas, es decir, la ley del Umbral.
La Ley del Umbral [Entrenamiento deportivo]
Cuando realizamos cualquier tipo de ejercicio físico estamos aportándole a nuestro cuerpo unos determinados estímulos, los cuales, si se mantienen a una intensidad determinada durante un tiempo se producirá la mejora de esa determinada capacidad.
Podemos definir umbral como el nivel de una capacidad innata o adquirida gracias al entrenamiento que condiciona el grado de aplicación del estímulo.
Teniendo en cuenta esta definición, podemos resumir que la Ley del Umbral nos dice que un sujeto cuando realiza
ejercicio físico debe entrenar a un umbral de intensidad determinado, es decir,
a un nivel de intensidad mínimo del estímulo para que sea posible conseguir
beneficios con el entrenamiento realizado. Si no fuese ese estimulo el adecuado
y no se encuentra en la zona de umbral o de excitación, el sujeto no mejoraría.
Por ejemplo, vamos a imaginar un ejercicio como el press banca. Nuestra RM se sitúa en 100 kg, es decir, puedo
realizar solo una repetición con 100 kg. Es mi repetición máxima. Ahora si
entreno con un peso muy bajo, por ejemplo, al 40% (40 kg) puede que ese
estimulo, o en este caso, la carga, no llegue a mi umbral de intensidad, por lo
que no conseguiría mejoras con ese entrenamiento. Por ello, es recomendable en
el mundo de entrenamiento saber nuestro umbral a qué intensidad se sitúa para
trabajar o entrenar a partir del mismo.
Imagen 1. Para producir mejoras con el entrenamiento se deben buscar estímulos situados en el nivel del umbral. |
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