La adaptación deportiva como
vimos en la entrada sobre la misma, estaba regulada por tres leyes: la ley del umbral, el síndrome general de adaptación y la Ley de Supercompensación. Ya comentamos
la ley del umbral y ahora, nos centraremos en la segunda ley, el SGA (síndrome general
de adaptación).
La Ley del Síndrome General de Adaptación (SGA) [Entrenamiento deportivo]
Vamos a imaginar una situación en donde vamos a realizar una sesión de
entrenamiento de carrera para explicar esta ley, la cual se divide en tres
partes o fases:
Fase 1: Fase alarma o alerta. Cuando comenzamos a realizar actividad, en el caso del
ejemplo, nuestro organismo recibe un estímulo, una carga o estrés que hace que
nuestro organismo cambie y sufra un desequilibrio debido a ese agente
estresante. Nuestro organismo responde realizando los ajustes que cree
necesarios para volver al equilibrio anterior. Por ejemplo, la frecuencia
cardiaca puede darse el caso que cuando comenzamos a correr se eleva
rápidamente y luego se estabiliza si mantenemos un ritmo constante.
Fase 2: Fase de adaptación o resistencia. El organismo o sujeto aguanta la acción del
agente estresante y mantiene el esfuerzo durante un tiempo determinado hasta
que comenzaría la última fase.
Fase 3: Fase de agotamiento o fatiga. Cómo es lógico, con el estímulo mantenido en
el tiempo llega un momento en el cual el sujeto no puede mantenerlo y se
produce la fatiga.
En definitiva, cuando vayamos a entrenar tenemos que
saber cómo puede actuar nuestro organismo ante los diferentes estímulos y
controlar mucho ese momento en donde la fatiga aparece en la fase 3 para saber
cuándo debemos parar para no tener una lesión.
Imagen 1. Cuidado con la fase 3. |
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