Continuamos hablando de la historia de la nutrición y alimentación humana. En la siguiente entrada vamos a tratar uno de los siglos destacados en la historia de la misma: el siglo XVIII.
La nutrición en el siglo XVIII [Nutrición]
El siglo XVIII puede considerarse la etapa en la cual la historia científica de la nutrición comienza con la intuición de las sustancias esenciales de los alimentos, siendo Haller, de Göttingen, quien en su texto Elementa physiological corporis humanis quien decía que tanto los tejidos animales y vegetales, estos en menor extensión, estaban formados por sustancias que necesitaba el hombre ingerir para que los tejidos y la sangre se renovasen. De esto modo, observábamos como consideraba algo similar a los nutrientes esenciales que necesitamos mediante la presencia de esas sustancias.
Además de Haller, podemos destacar en este siglo las aportaciones del químico Lavoisier (1743-1794) como eran las siguientes:
- La respiración era considerada una combustión lenta de carbono e hidrógeno, similar a lo que ocurre con una vela encendida. Los animales que respiran son verdaderos cuerpos combustibles que se queman y consumen a sí mismos. Esta consideración de la respiración como combustión era para muchos el inicio de la ciencia de la Nutrición.
- Construye el calorímetro de hielo junto al físico Laplace, que permitía medir la cantidad de calor emitida por un animal, relacionándola además, con la cantidad de carbónico que producía demostrando la relación entre estos procesos.
- Se observa el consumo de oxígeno de la persona, un hecho fundamental del metabolismos energético, incrementado durante el trabajo muscular y tras ingerir alimentos.
- Berthollet, discípulo de Lavoisier, descubrió que si se trataba con ácido nítrico un tejido animal, se desprendía nitrógeno.
Imagen 1. Antoine Lavoisier realizó interesantes aportaciones sobre la nutrición. |
Bibliografía: Pérez-Llamas, F. y Zamora, S. (2002). Introducción. Definiciones y conceptos básicos. En F. Pérez y S. Zamora (eds.), Nutrición y alimentación humana (pp. 18-19). Murcia: Universidad de Murcia.
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