Continuamos con nuestra sección sobre el aparato locomotor, más concretamente, el sistema muscular. A continuación vamos a tratar en la siguiente entrada la estructura del músculo, un contenido que debes dominar si quieres dedicarte al entrenamiento personalizado o saber más sobre el funcionamiento del mismo.
La estructura microscópica del músculo [Entrenamiento personalizado]
Si observamos una fibra muscular en paralelo, encontramos miles de miofibrillas (elementos del músculos esquelético que le permiten contraerse), que se componen de dos proteínas o miofilamentos, concretamente de actina y miosina, siendo la primera más delgada. Además, se encuentran otras proteínas como la tropomiosina, troponina, α-actinina y β-actinina, titina, etc.
Si la analizamos por el microscopio, los miofilamentos de actina y miosina crean unas estrías claras y oscuras, recorriendo la fibra muscular. La zona oscura se conoce como banda A y la zona clara como banda I, que se divide por la línea Z donde está insertada la actina y se inserta a su vez en el sarcolema aportando estabilidad a esta estructura.
Una secuencia repetida de una línea Z a otra, delimita la unidad funcional básica de la miofibrilla, la sarcómera. Las miofibrillas se componen de numerosas sarcómeras, unidas por extremos en la línea Z, la cual, a ambos de sus lados existe una zona más clara de la banda I al contener actina. En cambio, en la banda A, que contiene actina y miosina, se localiza una zona en el centro de solo miosina, la zona H, donde hay en su centro la línea M, el centro de la sarcómera y producida por proteínas.
En futuras entradas continuaremos con los filamentos de actina y miosina para comprender como se contrae el músculo.
Imagen 1. Estructura microscópica del músculo. |
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