Volvemos con nuestra sección dedicada al Atletismo y, más concretamente, trataremos su origen e historia. Nos remontamos a la etapa de la Grecia clásica para hablar de una nueva especialidad de la época: los lanzamientos. En la siguiente entrada nos centraremos en el lanzamiento de disco.
El lanzamiento de disco en la Grecia clásica [Atletismo]
Los helenos empleaban dos instrumentos de lanzamiento: uno era la jabalina y, el otro, el disco. Este último se podía realizar de distintos materiales: al inicio de piedra, luego plomo y, por último, bronce fundido, aunque también se tiene constancia de que existían discos de madera.
El peso de los discos era variable, siendo desde 1,3 kg a 6,6 kg como algunos hallados en excavaciones de Olimpia. Su diámetro también varía entre los 17-31 cm. Los juveniles empleaban discos de menor tamaño, como ocurre actualmente en las competiciones femeninas.
Se dice que el disco olímpico podía presentar unas medidas fijas y conocidas para la población de la época ya que se hablaba de un atleta que lanzaba el disco a más de 100 varas y “hasta las nubes”, pese a que su tamaño era el doble que el disco olímpico actual.
En la actualidad se conservan discos con gran valor artístico, con cincelados increíbles representando saltadores y lanzadores de jabalina o figuras incrustadas como delfines de plata, una lechuza, un perro u otras ornamentaciones. Los discos utilizados solían guardarse en el lugar de la celebración de la competición.
Existen múltiples reproducciones como el discóbolo de Mirón donde mostraban la técnica de lanzamiento de disco de la época. El lanzamiento se realizaba partiendo de una línea y no desde una plataforma alzada pequeña como se suponía inicialmente. En el canto XXIII de la Iliada, Homero describía la acción cuando decía que el deportista sacaba el disco y sus manos de la arena, tomaba impulso al retroceder y giraría rápidamente sobre sí mismo para lanzar el disco.
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