Los modelos sistémicos forman parte de los modelos de innovación, es decir, aquellos modelos que gracias a una serie de cambios facilitan las mejoras y las acciones formativas logrando un desarrollo óptimo y la mejora continua de las instituciones educativas. En la siguiente entrada vamos a profundizar en el modelo sistémico.
Los modelos sistémicos [Investigación y docencia]
Los modelos sistémicos son unos modelos de innovación educativa, donde destacan Roberts y Kleiner, quienes consideran los sistemas como elementos interrelacionados con un propósito común y conexiones entre sus componentes. Estos autores subrayan las claves de cambio profundo desde una perspectiva dinámica. Para ello, estos modelos deben ser un sistema abierto, social y de procesos.
Abiertos: Un sistema abierto está formado por elementos que propician interacción, desarrollo y transformación integral. Los centros educativos deben tener una apertura permanente a su contexto y comunidad.
Sociales: Un sistema social destaca la importancia de la interacción humana y, por tanto, el protagonismo de las personas a través de relaciones empáticas y colaborativas. Se deben identificar grupos e interacciones, tener en cuenta percepciones de los sujetos y el compromiso por lograr las metas en las organizaciones.
Procesos: Un sistema de procesos hace referencia a la información como elemento esencial en los sistemas organizativos, la cual debe actualizarse continuamente, teniendo presente los cambios en la institución.
Se destaca la creatividad de procesos educativos y formativos y su diseño permanente como una base de la innovación educativa. Es fundamental que tales procesos sean percibidos favorablemente por la mayoría de los miembros de la institución, quienes deben participar en su planificación y adaptación continua.
La construcción de un clima de mejora incesante de las prácticas educativas, necesita continuas decisiones apoyadas en discursos que propicien la colaboración entre docentes, estudiantes y familias. Para ello, sus prácticas deben ser ampliadas con acercamiento a otras instituciones educativas y configurando redes de entendimiento y cooperación entre diversas personas.
La acción educativa tiene que ser una forma innovadora de conseguir que todos los miembros implicados, participen en creación de escenarios flexibles, abiertos y comprometidos con más ambiciosos proyectos de superación de todas las personas.
Imagen: La colaboración entre familias, docentes y estudiantes es fundamental.
Bibliografía: Medina, A. (2011) (Ed.). Innovación de la educación y de la docencia. Madrid. Ramón Areces.
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