Volvemos a tratar la
autoconfianza. Después de ver en anteriores entradas qué es y su relación con
la motivación, continuamos en el siguiente post relacionándola con otros
conceptos tan importantes como saber gestionar el éxito y el fracaso en el
mundo deportivo. A continuación continuamos con una de nuestras secciones más
enriquecedoras para el deporte de base como resulta la Psicología Deportiva.
La importancia de controlar el éxito y el fracaso [Psicología
deportiva]
La
autoconfianza
se desarrolla y se va logrando a partir de hechos objetivos, es decir, cosas
que han sucedido y permiten prever que pueden volver a suceder, o posibles
objetivos superiores a lo conseguido. El mejor recurso es la propia experiencia
de los deportistas y por imitación de otros deportistas de condiciones y
circunstancias parecidas. En relación con ello, encontramos dos conceptos
importantes:
Éxito controlado: se
produce cuando el deportista consigue un buen resultado y lo atribuye a
recursos propios que volverá a utilizar en el futuro. La autoconfianza y
motivación se fortalecen con experiencias de éxito controlado.
Fracaso
controlado: se produce cuando el deportista ha conseguido
un resultado no deseado, pero percibe que ha controlado el proceso para
intentarlo y conoce mejor el camino para conseguir ese resultado en futuras
ocasiones. La tolerancia a la frustración y la capacidad de superación ante la
adversidad sin pérdida de control se fortalecen con experiencias de fracaso
controlado.
La
actuación de
los entrenadores es fundamental para gestionar el éxito y el fracaso,
para no desaprovechar la gran oportunidad que les aporta la experiencia
competitiva. Los padres pueden incorporarse a este conocimiento con
conversaciones informales con sus hijos. Por ejemplo, preguntándole sobre lo realizado
en un deporte, estableciendo una conexión resultado-acción para luego
reforzarlo con frase como “muy bien”, “continua así”, etc.
La autoconfianza suele referirse a situaciones
específicas, pero si se trabaja y fortalece en un área pueden favorecerse otras.
Por ejemplo, tendremos mayor confianza en nuestro día a día en campos ajenos a
la práctica deportiva si sabemos anticipar las dificultades, establecer
objetivos realistas, centrarnos en aquello que depende de nosotros… todo suma.
Imagen. Padres y entrenadores deben enseñar a gestionar el éxito y fracaso de los más pequeños.
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