Los modelos de cambio profundo forman parte de
los modelos de innovación, es decir, aquellos modelos que gracias a una serie
de cambios facilitan las mejoras y las acciones formativas logrando un
desarrollo óptimo y la mejora continua de las instituciones educativas. En la
siguiente entrada vamos a profundizar en el modelo de cambio profundo.
Los modelos de cambio profundo [Investigación y docencia]
La mejora de los procesos educativos se favorece si las instituciones
educativas y la visión de la educación se profundizan en coherencia con
acciones de colaboración, el cambio profundo y la mejor continua.
Para que la práctica de la educación sea desarrollada en equipo, la
colaboración es fundamental. Para ello, se debe centrar en realizar un proyecto
integrador en el cual todos los miembros de la comunidad educativa estén implicados y
que impulsa al profesorado a sentirse importante en una institución que
desarrolla procesos de enseñanza-aprendizaje en los encontramos objetivos y
métodos comunes, medios didácticos elaborados en equipo y secuencias de tareas
diseñadas entre, estimulando creatividad, armonía emocional y
transdisciplinaridad.
El programa de la institución simplifica aquellos procesos más valiosos y las
metas comunes que debemos trabajar, si queremos que alumnado alcance
competencias y tengan la formación suficiente para responder a desafíos de
diferente índole.
El modelo de colaboración aporta al profesorado
una serie de implicaciones que consigue que la institución se convierta en un
ecosistema que aprende, aporte soluciones a retos y mejore el aprendizaje. Todo
esto se concreta en un proceso de toma de conciencia, un fomento de la cultura
y prácticas colaborativas y la cooperación con objetivos de la institución.
En estos modelos encontramos como su eje la cultura de colaboración y se
forma gracias a la aceptación de los agentes de la escuela en un marco común
que solicita del profesorado una toma de decisiones basada en máxima
disponibilidad, apertura, empatía y diálogo.
La cultura de colaboración facilita a docentes
formas nuevas de tratar la institución como el lugar con el que se identifican
y al que contribuyen con las mejores y más valiosas prácticas e ideas.
Las actuaciones deben convertirse en modos de realizar prácticas
educativas, afectando a sus miembros la innovación de las instituciones. El
compromiso con la mejora continua de procesos educativos, debe mostrarse en un
estilo de toma decisiones radical y lograr consecución de finalidades
educativas pretendidas.
Las aportaciones del modelo del cambio profundo y de
colaboración entienden la innovación como un proceso de adaptación, colaboración y
liderazgo compartido entre personas (docentes, estudiantes y familias), que tiene
que ser apoyado por otras administraciones e instituciones, siendo un elemento
básico y de mejora permanente de las instituciones y las prácticas educativas.
Imagen. En este modelo los profesores colaboran y comparten liderazgo.
Bibliografía: Medina, A. (2011) (Ed.). Innovación de la
educación y de la docencia. Madrid. Ramón Areces.
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