Anteriormente, vimos el
Humanismo y su visión tratando el discurso dominante del desarrollo. A
continuación seguimos ampliando los contenidos sobre la sostenibilidad del planeta y la importancia de educar a la población, correspondiente a nuestra
sección sobre Educación en la Sociedad
con el enfoque integrado.
Un enfoque
integrado para una visión Humanista [Educación en la sociedad]
Se debe reafirmar un planteamiento humanista del aprendizaje
a lo largo de la vida con perspectiva de desarrollo social, cultural y
económico. Según el entorno que se trate, pueden variar los intereses de unos
aspectos concretos, pero la educación como principio organizador y la
importancia del aprendizaje, resulta fundamental integrarlos en las dimensiones
sociales, culturales y económicas.
Un enfoque humanista de la educación va más allá
de la noción de humanismo científico. El concepto de humanismo ha generado
muchas interpretaciones y, a menudo, contradictorias, que conciben cuestiones
de carácter moral y ético que preocupan a la educación.
Podemos afirmar que mantener y aumentar la
dignidad, capacidad y bienestar de la persona en relación con el resto de
personas y con la naturaleza, debería ser la finalidad principal de la
educación en el siglo XXI, sin olvidar otros valores como son: el respeto a la
vida y a la dignidad humana, igualdad de derechos y justicia social, diversidad
cultural y social, y sentido sentimiento de solidaridad humana y
responsabilidad compartida de nuestro futuro común. Se deben rechazar sistemas
de aprendizaje que perjudiquen al individuo. Es necesario educar en estos
valores y principios si queremos sostenibilidad y paz.
Al ampliar su zona de acción, la educación
puede contribuir a un futuro sostenible para todos. El pensamiento
crítico, el juicio independiente, la resolución de problemas y las aptitudes
básicas de información y comunicación son elementos clave para desarrollar
actitudes transformadoras. La sostenibilidad es una preocupación central del
desarrollo mundial.
Las dimensiones del desarrollo sostenible, donde
el crecimiento económico se orienta en función de la administración del medio
ambiente y preocupación por la justicia social, requieren un enfoque integrado
de la educación que contemple sus múltiples dimensiones (sociales, éticas,
económicas, culturales, cívicas y espirituales).
Es necesario un planteamiento de la educación y aprendizaje
que superen los tradicionales, con marcos
más holísticos de evaluación separados de los conocidos de la enseñanza
académica y abarquen otros aprendizajes. Así, se manifestará la necesidad de ir
más allá del aprendizaje convencional, pese a las reservas que suscita la
viabilidad de captar ese importante aprendizaje emocional, social y ético por
medio de mediciones, sobre todo a nivel mundial.
Imagen. La educación en el siglo XXI tiene como finalidad un enfoque integrado para su visión Humanista.
Bibliografía: UNESCO (2005). Replantear la educación. ¿Hacia un
bien común mundial? Francia: Ediciones Unesco.
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