En la Edad Media el poder de Europa recaía en
los señores feudales y, por ello, los reyes tenían dificultades para imponer
sus decisiones, pero a partir del siglo XV, los monarcas cambiaron su forma de
gobernar reforzando su autoridad. En la siguiente entrada, tras la unificación
territorial en la Edad Moderna se abordará la centralización de poder, en una
nueva entrada sobre Historia para Educación Secundaria.
La centralización
de poder [Historia]
Todos los poderes se concentraban en el monarca autoritario, quien necesitaba consolidar su autoridad en una Estado cada vez
más extenso. Para ello se valió de varios instrumentos como los siguientes:
Burocracia: cuerpo de funcionarios que se encargan de administrar justicia, acuñar
monedas, cobrar impuestos, etc., en nombre del rey.
Diplomacia: institución formada por embajadores que representaban los
intereses de la monarquía en las cortes extranjeras. Facilitaban alianzas y
tratados, pero no impedían las guerras.
Ejercicio
permanente: constituido por soldados
profesionales que estaban al servicio del rey, y no de un noble (como ocurría
en la Edad Media).
En siguientes entradas continuaremos viendo una
serie de etapa y movimientos característicos de esta etapa.
Imagen. El rey Fernando II de Aragón.
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