Continuamos con la nueva sección dedicada al
mundo de la Psicología, concretamente a la Psicopatología. En la siguiente
entrada vamos a comenzar los primeros antecedentes conceptuales ubicada en la
categoría centrada en la historia de la misma.
Los primeros pensadores de la civilización griega en los
antecedentes de la Psicopatología [Psicopatología]
Anteriormente, se comentaba que los conceptos sobre la
locura no surgen de una única visión del mundo, siendo los
conceptos no neutros. Por ejemplo, la locura puede ser vista como una posesión
demoniaca para unos, o como una enfermedad, para otras.
En
cada término, se encuentra un complejo entramado de propósitos o prejuicios,
que suelen tener como finalidad establecer algún puente entre las creencias
dominantes de ese momento y algunos pocos hechos. El cambio de estos prejuicios
se produce debido a los descubrimientos de nuevos hechos o la comprensión,
aunque no suele ser lo común.
Lo
más habitual es la construcción de
explicaciones compatibles con el momento social y
cultural, siendo consecuencia preponderante a la hora de construir imágenes de
lo psicopatológico.
Si
retrocedemos en el tiempo, muchos textos sobre la historia de la psicopatología
sitúan a las civilizaciones griega
y romana los orígenes de nuestras concepciones actuales sobre los
trastornos mentales.
La civilización occidental tuvo su comienzo en diversas áreas de las
regiones conocidas como Oriente Medio (como Babilonia) y Extremo Oriente
(India, China), con relaciones e influencias mutuas. La civilización griega tenía un amplio legado cultural procedente
de otras culturas.
El Imperio babilónico crea el fundamento del pensamiento
filosófico para la mayoría de las naciones mediterráneas. Las ideas de culturas
griega y romana se remontan a ideas iniciales en esa civilización. Aunque la
contribución de la civilización griega a la síntesis y desarrollo de las
aportaciones de estas distintas culturas justifican su calificativo de «cuna de
la civilización».
En
los primeros períodos de la civilización griega, la locura era
vista como un castigo divino
por transgresiones mayores o menores. La cólera de los dioses enviaba a
espíritus malignos personificados en las diosas Lisa y Manía que poseían al enfermo.
Para combatirla, el tratamiento consistiría en ritos realizados en templos dedicados
a Asclepios (dios de la medicina, Esculapio para romanos). Los templos alentaban
a los pacientes para querer recuperarse. En los tratamientos se incluían una
dieta equilibrada, masaje diario, sueño tranquilo, sugerencias sacerdotales y
baños tibios.
También,
en esta época, para algunos pensadores, los agentes externos e
invisibles ya no servían como base lógica para una comprensión verdadera
de los fenómenos mentalmente problemáticos. Para abordarlos, una serie de
pensadores comienzan a plantear la necesidad de comprender el cómo y por qué de
estos fenómenos, alejándose de lo sobrenatural y místico. Destacan los
siguientes:
Tales de Mileto (652-588 a. C.) alejó
del foco del misticismo las psicopatologías al considerarlas como eventos
naturales que debían abordarse desde perspectiva científica.
Pitágoras (582-510 a. C.) reafirmó la importancia de identificar los
principios científicos subyacentes que explicasen todas las formas de
comportamiento humano. Afirma que el cerebro era el órgano del intelecto humano
y fuente de perturbaciones mentales. Además, adoptó la noción de humores biológicos.
(líquidos corporales naturales) y postuló el concepto de temperamento emocional
para ayudar a decodificar los orígenes de pasiones y comportamientos
aberrantes.
Con
los principios de equilibrio y relación explica las variaciones en los estilos
caracterológicos humanos (grados de humedad o sequedad, la proporción de frío o
calor, etc.), de forma que los equilibrios y desequilibrios entre los
fundamentos humorales explicarían si la salud o enfermedad estaban presentes.
Alcmeón de Crotona (557-491 a. C.)
fue discípulo de Pitágoras y centró su interés en el estudio de la naturaleza humana
y en funciones de los sentidos. Anticipa la idea de que los conductos (nervios)
de los sentidos concurren en el cerebro, situando también el centro de la razón
y el alma. Pensaba que la salud requería un equilibrio entre los componentes
esenciales de la vida, la frialdad vs. calor, humedad vs. sequedad, y así
sucesivamente. La noción de elementos fundamentales en equilibrio sería un tema
central en los pitagóricos.
Empédocles (495-435 a. C.) también adoptó el modelo
homeostático de Pitágoras y Alcmeón. En su propuesta, los elementos básicos de
la vida (fuego, tierra, aire y agua) interactuaban con los principios de amor
vs. conflicto. Para él, el equilibrio entre los cuatro elementos se complicaría
si se combinaban de forma complementaria o contraria.
El
amor y el conflicto representaban expresiones humanas de procesos magnéticos
más elementales, como atracción y repulsión. Todos los elementos/humores se
podían combinar, pero para Empédocles la fuerza de atracción (amor)
probablemente produciría una unidad armónica, mientras que la repulsión
(conflicto) prepararía el escenario para el colapso personal o social.
Estas
ideas llegaría a Hipócrates (460-377 a.C.) pero eso se abordará en una
siguiente entrada.
Imagen. Dos de los principales pensadores de la civilización griega.
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